Strasbourg (2ème étape)

Pero que corto se hace un fin de semana en Estrasburgo. Bueno, a decir verdad en Estrasburgo y en cualquier otro sitio, los findes se hacen muy cortos. Pero vamos que se nota más cuando estás fuera, en unas minivacaciones, que cuando estás tirado en el sofá de tu casa. Pero, ¿qué le vamos a hacer?

Total, Estrasburgo me encanta para vivir. No se por qué, pero cada vez que salgo de España, me dan ganas de irme a vivir fuera. ¿Será por los distintos modos de vida? ¿será por conocer algo nuevo? ¿será porque me doy cuenta de como somos los españoles y trato de huir? El caso es que esta ciudad me ha encantado. Es realmente bonita. Es muy, muy, muy plana; está llena de verde, árboles frondosos, césped por todas partes, un montón de flores; no hay apenas tráfico, y el que hay es civilizado y no van como locos, puedes montar en bici sin problemas (salvo, quizá, encontrar un hueco para aparcarla), te respetan tanto peatones como conductores (algunos ciclistas no, pero bueno, algo malo tendría que haber). El clima es… esto ya depende de cada cual, porque el clima es como le apetezca ese día, en el mismo día puedes pasar del pantalón corto y tirantes a la cazadora, jersey y calcetines de cuello vuelto en cuestión de minutos. Y eso en el fin de semana del cambio primavera-verano, no se como será en invierno… Pero vamos, para mi eso no es ningún impedimento. Sólo tienes que llevar la ropa adecuada.

Resulta extraño comprobar cómo una ciudad que muy poca gente sabe ni donde está, la cantidad tan grande de turistas que recibe. Aunque bien es cierto que no muchos españoles, la mayoría franceses y alemanes. Pero yo desde aquí se la recomiendo a todo el mundo. No es una ciudad muy grande y no hay muchísimo que ver por lo que unos pocos días son suficientes. Se puede conocer otros estilos de vida, otra gastronomía, otro mundo…

Bueno, y nada más, espero que os gusten las fotos que he puesto y os paséis por allí. Y si vais no os olvidéis de probar la Tarte Flambée. El que parece ser plato típico de la zona (una especie de pizza muy, pero que muy buena), y una copita de vino blanco de la Alsacia.

Au Revoir!