Curso del 63

Mueeto…

Así me quedé ayer cuando vi el nuevo reality de A3. Perplejo, alucinado, patidifuso, incrédulo, entretenido, curioso… Todos estos adjetivos fueron también parte de mí durante el rato que estuve viendo el programa. Parece mentira, pero tenía ganas de ver algo como esto, en donde a los adolescentes se les dicen las cosas como hay que decírselas…

Bueno, para quien esté leyendo esto y no sea de los más de 4 millones de espectadores que ayer estuvieron viendo el programa, vamos a contar un poquillo de que va, ¿no? Sencillo. Meten a 20 chavales en un internado retrotraído al año 1963, San Severo, ya sólo el nombre acojona. En él, les despojan del móvil y otros aparatos electrónicos, el maquillaje, los piercing, la ropa… les plantan un uniforme (con estrictas normas en el vestir, incluso les dan nueva lencería); les dan un corte de pelo a los chicos, les “adecentan” los peinados a las chicas, etc, etc. Todos ellos vigilados por unos profesores sacados del baúl de los recuerdos. Una auténtica señorita Rottenmeyer, en este caso Doña Alicia; un perfecto profesor-inquisidor-sargento, creo que Don Luis se llama; y algún profesor más, de los que no recuerdo los nombres y que no tienen ningún desperdicio; todos a los mandos del Director, Don Vicente, un señor pequeñajo con muy mala leche.

Y claro, imaginaros las reacciones de los chicos/as, lloros, histerismos, iras, insultos… (pero los van a ir calmando…) castigos físicos (pero sin leches, físicos en el sentido de que tienen que usar el cuerpo), tales como limpiar las clases y sus dormitorios al estilo antiguo, es decir, de rodillas y con cepillo de raíces; sentado (o de pie) cara a la pared, y alguna cosilla más.

Y no os quiero decir nada de la que pasan estos chavales cuando se sientan a comer… No les gustan las lentejas, o el pescado o las verduras. Pues dos tazas, ya sabéis el dicho: “lentejas, si quieres las comes, y si no… también” Como no espabilen van a pasar más hambre que el perro un ciego…

Así que, al final, tanta ira contenida repercute en riñas entre ellos, por lo que están a la gresca todo el día. Cualquiera no estaría así, con esa tensión en la que viven…

La verdad es que me ha gustado mucho y estoy deseando ver otro capítulo. Y como siempre, lo recomiendo. Quizá es un poco exagerado como para que se hagan actualmente las cosas de esa manera, pero un poquito de autoridad a los adolescentes no les vendría nada mal. Pero ese es un debate a parte.